ABSTRACT
La medicina cosmética ha aumentado su relevancia en el quehacer diario del médico al extenderse desde la cirugía plástica a áreas como la neurología. Por lo tanto, es importante intentar entender el concepto y sus límites. Si entendemos a la medicina cosmética como un conjunto de actos ejercidos por un médico, destinados a mejorar la apariencia o algún otro aspecto que, sin estar fuera de la normalidad, desea ser mejorado por quien la requiere, debemos preguntarnos si estos actos están dentro de lo que consideramos hoy un acto médico, si estos actos son fútiles o no y si están dentro de los objetivos que tiene la medicina moderna.
Cosmetic medicine is becoming increasingly important in the doctor's daily practice, ranging from plastic surgery to areas such as neurology. Therefore, it is important to attempt to understand its concept and limits. If we define cosmetic medicine as "a set of actions performed by a physician with the purpose of improving patient appearance or some other aspect which, although not outside the normal, is expected to be enhanced by request", we should analyze whether these actions fall within the scope of what we currently consider medical practice. We must also consider if such actions are futile or not, and if they are aligned with what we know as modern medicine.
Subject(s)
Cosmetic Techniques , Cosmetic Techniques/ethicsABSTRACT
Existen pocas publicaciones nacionales que analicen los aspectos clínicos de esta patología, cuyo diagnóstico se ha incrementado en la última década. Nuestro objetivo es caracterizar una serie de 19 casos tratados entre 1982 y 1998 en el Servicio de Neurología del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso. Para ello se revisaron retrospectivamente las fichas que cumplieron los criterios diagnósticos actualmente establecidos. Se excluyeron los casos asociados con infección por VIH. Del total de casos, el 94 por ciento fueron varones, cuyo promedio de edad alcanzó los 51 años. Sólo el 21 por ciento tenía antecedentes de lúes primaria. Las formas de presentación más frecuentes fueron los déficit de pares craneales (36.8 por ciento), demencia (26,3 por ciento) y compromiso motor piramidal (21 por ciento). El VDRL en sangre resultó reactivo en 94 por ciento de los pacientes. El líquido cefalorraquídeo mostró pleocitosis mononuclear moderada en 13 pacientes, hiperproteinorraquia sólo en 6, y el VDRL fue reactivo en 73,6 por ciento de los casos. La mayoría se trató con penicilina sódica en dosis de 150.000 UI/Kg./día, cumpliendo criterios de curación el 94 por ciento de ellos. Se concluye que los resultados concuerdan con la literatura y refuerzan la intención de buscar dirigidamente esta enfermedad, especialmente entre hombres de edad media con deterioro cognitivo, déficit motor y/o de pares craneales con inicio reciente.